miércoles, 25 de abril de 2012

Mujeres, no muñecas...

Uno de los primeros regalos de Noche Buena que recibí hace bastantes años y quizá se ha convertido en el más traumático de mi vida, fue una muñeca Barbie de colección. Recuerdo sus grandes ojos azules, su cabello rubio hasta la cadera, su vestido color naranja o melón o taxo o salmón (Lo siento, yo no diferencio más allá de los colores primarios) y una pequeña estola de piel que hacía juego con sus grandes aretes. Sin embargo, el día después de Navidad, había extraviado la muñeca porque me quedé dormida en el transporte. Qué decepción!

Luego, para mitigar los daños, en mi cumpleaños siguiente recibí la famosa "Barbie Hawaiana". Realmente me sorprende que Mattel haya sacado al mercado una muñeca de piel canela, aunque con el mismo cuerpo irrealmente despampanante. Mi muñeca tenía su ukulele, su falda de rafia y su bikini. Un mes más tarde, la cabeza se encontraba en mi velador y el cuerpo en el patio de mi casa (que era muy particular).

Desde ahí supe que las muñecas y yo no estábamos diseñadas para vivir juntas. Adquirí una especie de alergia a los corredores rosados de las jugueterías donde se venden muñecas, vestidos, zapatos y todo un lifestyle de servilismo absurdo. Aprendí, también, que no hay nada más divertido que jugar con otras niñas y niños con coches de madera, pelotas y bicicletas. Creo que mi vida “callejera” sumada a cierto desprecio por los musicales de WaltDisney, generaron en mí un disgusto por las “princesitas”.

Y lo triste es que ahora, veinte años más tarde, el panorama no ha cambiado en absoluto. Cuando fui con mi hija putativa al cine – que por cierto se encontraba repleto – vimos “La Bella y la Bestia”. En esa película infantil escuché una de las frases más misóginas de la vida (Después de muchas que se encuentran en Estudios sobre el Amor de José Ortega y Gasset) Y cito textualmente: “Las mujeres no deben leer porque eso les da ideas y les hace pensar”. Tengo que confesar que si el Rey León me traumó de por vida con la muerte de Mufasa, con esta película cuestioné todo el entorno en el que crecimos y lo que evidentemente no quiero para las posibles y futuras Mini Anis.

Si muchas mujeres dicen que en el mundo hay tanto “sapo” es porque andan por la vida creyéndose princesas y esperan su trono, su corona y sus reverencias. No imaginan cómo será salir de la casa sin lucir impecables en peinados, maquillajes y con la última moda que muestra más mercancía que un cachinero de la Marín.

Yo creo, desde el fondo de mi corazón, que si en el mundo hubieran más “Damas de Hierro” en lugar de tanta “Cenicienta” seguramente estaríamos escribiendo otra historia.

2 comentarios:

  1. la idea que quedo enraizada en la sociedad debido al imperialismo

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  2. Chevere post Ani! a los años que me doy una vueltica por aqui... Y en relación a tu post. Dos aportes:

    1. El primero un graffitti que lei por ahi: "Después que Disney saco pocahontas, ahora cualquier india se cree princesa" jajaja

    2. Un video de una enana en el centro comercial discutiendo lo que dices en tu post:
    http://youtu.be/-CU040Hqbas

    Un abrazoooo y asomaaaa ve princesa!!!
    ja!

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