Actualmente, ingresar al servicio público requiere una larga
lista de requisitos. Uno tiene que convertirse en un chasqui urbano para poder
conseguir toda la documentación y sin contar con al doble o triple dosis de
paciencia. Esto de convertirme en burócrata desde hace algunos años, ya me hace
toda una experta en estos temas. Inicié mi jornada tomando mis tenis, una
mochila con un libro y una carpeta, mis audÃfonos y una botella de agua.
Salà de mi casa encomendándome a San Judas Tadeo para que la
gente trabaje como se debe, no se porte “perecosa” y yo logre conseguir lo que
requerÃa. Antes de iniciar el trayecto tuve que ir a una copiadora para
reproducir todos los anexos a mi Hoja de Vida y mi hermosa foto de la cédula. No
me tomó más de 8 minutos.
La primera parada fue el Ministerio de Trabajo. Cuando
llegué estaban atendiendo a la persona con el turno 160 y yo habÃa llegado 62
turnos después. Sin embargo, la atención fue bastante eficiente, aproveché leer
“El amor en tiempos de cólera” y en 38 minutos estuve libre.
Mi segunda parada fue un Banco local en el que lastimosamente
tengo mi cuenta personal. Con apenas 6 personas delante de mÃ, tuve que esperar
23 minutos de pie para ser atendida y eso que no se brindó ningún tipo de
atención preferencial a madres con bebés en brazos o a clientes de la tercera
edad.
El tercer trámite era el que más me asustaba pero descubrÃ
que con frases amables y una sonrisa, las cosas fluyen. TenÃa que hacer la declaración
juramentada de bienes en la NotarÃa. Acudà a la mejor “hueca” que puede haber
en Quito (Pero no puedo revelar su identidad porque dejarÃa de ser tan
eficiente) y en 27 minutos tenÃa listo el documento, firmado y entregado en la
ContralorÃa General del Estado.
Con mi carpeta casi llena, ya no cabÃa más de la felicidad,
la última parada del dÃa era el Servicio de Rentas Internas. Caminé por el
parque de El Ejido, hice una parada técnica para comprar un pan de chocolate
que me permitirÃa mitigar el hambre hasta disfrutar de la deliciosa fanesca de
medio dÃa y caminé.
Yo he cumplido con el pago puntual de mis impuestos pese a
que las nuevas normativas me parecen exageradas. $36 dólares por no hacer una
declaración mensual en cero?! En fin, acudà al SRI con plena confianza en mi
responsabilidad ciudadana y con ansias de terminar mis gestiones en un solo
dÃa.
Llegué al SRI, esperé 40 minutos, me acerqué a un asesor de
servicio al cliente quien me indicó que tengo impedimento para ejercer cargo
público por una deuda con el Estado. Con la cara pálida, acudà a otra oficina
donde esperé 18 minutos para que me digan que debo 3,80 USD y que no puedo
pagar en caja porque solamente aceptan tarjetas de crédito para pagos mayores
de 5 USD.
Luego de una serie de trabajos infructuosos, de soportar
desde respuestas groseras hasta coqueteos incómodos, pude pagar mi deuda pero nadie
mencionó que el pago se hace efectivo en 4 dÃas laborables. Y eso no es lo
peor, el levantamiento para ejercer cargo público requiere un trámite adicional
en el Ministerio de Trabajo que dura 5 dÃas laborables más. Es decir, he pasado
en "ires y venires" más de dos semanas.
Con esto he llegado a la conclusión de que el infierno debe
estar atendido casi en su totalidad por el personal del SRI y también por el
personal de Movistar porque esa es otra historia que amerita un libro entero. AsÃ
que mejor aprovecho y desde ahora voy a portarme bien, con la esperanza de que
en el purgatorio solo me encuentre con el personal del Banco Pichincha.
Y eso que no te ha tocado consulta en el IESS.
ResponderEliminarmija, asi mismo son las dependencias públicas lo que le hace a uno tener ganas de llevarles una bomba
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