domingo, 24 de abril de 2011

Yo, una persona activa..

Hace tiempo había ofrecido escribir algo sobre mi maravillosa clase de educación física en la nueva escuelita. Sin duda, fue toda una historia. Fue un lunes en la tarde cuando recibimos por correo electrónico, una invitación de otra escuelita para participar en la "Pausa Activa" con motivo del "Día Mundial de la Actividad Física". Lo único que me alegró es que ese día todos debíamos asistir con uniforme de deportes. 

Llegó el día miércoles y yo estaba ataviada con un jean, tenis y la camiseta del equipo de mis amores. También, un par de colitas en el cabello, una bufanda y todas las ganas de "fugarme" de esa clase porque era en medio de una plaza pública a vista de todo el que pasara por la calle (Debemos considerar que se trata de un sector concurrido de la ciudad). En fin, llegó el profesor y ya no tuve oportunidad de escaparme, bajé con todo el grupo por las escaleras como si aspirara a formar parte del equipo de cheerleaders. 

El ejercicio no fue gran cosa, aunque con mi estado físico pasé dos días sin poder moverme del todo bien porque descubrí que tenía músculos que ni sabía que existían. Fue divertido porque lo que me falta de actividad física, lo compenso con mucho entusiasmo! A la final, se requieren 17 músculos para sonreír y eso no lo consigue cualquiera.

En todo caso, y pese a la excelente clase dictada... Mis deportes favoritos siguen siendo comer y dormir... Pero ahora tengo un hermoso "certificado" que dice que soy una persona activa y con eso me basta y me sobra.. :)

Mi mundo 2.0


Lo que me gusta de la interacción 2.0 es que tienes la libertad de decir lo que piensas sin temor a represalias (Bueno, por ahora) y a la primera intención de una respuesta que no te gusta, simplemente puedes dar click en “Unfollow” o “Unfriend” y todo solucionado. La vida cotidiana no tiene esa facilidad, cuántas veces ha pasado por nuestra mente dinamitar a una persona que dejó de cuadrar en nuestro día a día pero simplemente no se puede porque no sería políticamente correcto.

Mi intensa aparición en el mundo en las redes sociales se ha basado en la curiosidad que tengo sobre otras personas y otras culturas y mi deseo de conocerlas más profundamente. Recuerdo aquellos tiempos en que Latinchat existía y podía pasar todas las noches conectada con gente de otros países solamente aprendiendo mucho de ellas y ellos, mi Nick era Ani270 y vivía en la sala en Inglés. Luego ya la cosa se puso más emocionante con el Messenger, aunque los regaños de mis padres eran frecuentes por las costosas cuentas telefónicas debido al internet dial – up.

Cómo olvidar luego el Hi5 que nos permitía curiosear la vida ajena y nos dejaba ver quién visitaba nuestro perfil. Me gustaba tanto esa red social que realicé un estudio semiótico sobre el tema, obtuve una buena calificación con ese trabajo para mi clase de “Sociología de la Comunicación” Una de esas materias optativas que tomé en la universidad para estar junto a mi mejor amiga que se especializó en otra cosa.

Después, apareció en escena Facebook, al principio no lo entendía y me rehusaba a cambiar mi perfil de Hi5 porque, después de todo, tenía millón y medio de fotos subidas en una gran diversidad de álbumes. Luego me fue seduciendo con sus aplicaciones y obviamente caí en el vicio de Farmville hasta el punto que tenía que salir corriendo de tal o cual lugar porque “Tenía que cosechar mis frutillas”. Poco a poco empecé a usar nuevas aplicaciones hasta que nos “hicimos amiguitos” y opté por cerrar mi cuenta en Hi5.

Más tarde conocí el maravilloso mundo de Twitter que para mucha gente es el peor vicio que he adquirido en los últimos años pero que yo lo disfruto mucho. Si bien una de las características de esta muchacha es ser amiguera en el mundo 1.0; sin embargo, es muy divertido tener varios amigos imaginarios en el timeline. Hay veces que siento que mis followers conocen más de mí, que el resto de comunes mortales porque saben, en tiempo real, cuando tengo hambre!

Nunca imaginé que las redes sociales me iban a seducir de tal forma que se convirtieron en parte de mi trabajo. Inicialmente saqué una cuenta en Facebook con el fin de dar a conocer el trabajo de mi Escuelita Fiscal Nocturna y Rural porque es triste hacer un excelente trabajo pero no poder compartirlo con el mundo. Tomé varios cursos de especialización para convertirme en Community Manager y creo que es algo que hago (no sé si bien o mal) con mucho entusiasmo. Ahora estoy emprendiendo este trabajo en mi nueva Escuelita y funciona bastante bien, solo espero seguir aprendiendo...

lunes, 11 de abril de 2011

Y así nomás con el transporte público...


Alguien una vez me dijo que el transporte público tiene una onda chévere y hasta medio romántica como de cuento, a lo que yo respondí que si quiere como referencia un cuento, más bien me recuerda a la Cenicienta, al momento en el que la carroza de cristal se convierte en calabaza. Y no es que quiera parecer presumida, solo que nunca me ha gustado el transporte público, especialmente el de la ciudad de Quito. Soy más bien del tipo de persona que prefiere ponerse tenis y salir a caminar porque es una buena manera de entrar en contacto con mis voces interiores. Sin embargo, ahora que voy a la nueva escuelita, no puedo usar tenis y tampoco me queda cerca de mi casa – no ingresé en la zonificación escolar para este año lectivo – por lo que me he visto obligada a subirme al sistema trolebús.

Pero quiero aclarar que no es aberración al transporte público per se, es solo que durante todos mis estudios secundarios tuve que tomar diariamente buses y de esos que hacen carreras entre ellos, en los que cuando están llenos te obligan a subirte en el tubo de escape y agacharte cuando hay control de la policía. No importaba si llovía o hacía frío, cada día, a las 5:55 de la mañana, tenía que salir de mi casa con una mochila que parecía departamento, pararme en la esquina y esperar que un bus pase. Cabe mencionar que estudiaba en colegio de monjas y mi uniforme consistía en una bella falda plisada de color azul, blusa blanca, saco azul, medias de futbolista (blancas hasta la rodilla, con dos líneas azules en la parte superior), mocasines negros y un bello babero (o gola, pero para el caso, es igual).

Como siempre, en mi vida, me han pasado algunas historias. Por ejemplo, cuando otra escuelita fiscal nos invitó a participar de la “Pausa activa” (Tengo que hacer un post sobre ello). Un profe de educación física vino a mi escuelita a enseñarnos algunos ejercicios de relajación para no morir jóvenes ni frente a la computadora del trabajo. Ese día, al fin, pude usar tenis, jean, la camiseta de mi equipo favorito y un par de cachitos en el cabello. Salía de mi casa, para cumplir mi rutina diaria y me topo con la novedad que están cerradas las calles, había caos vehicular y lo peor de todo: No había sistema de transporte público. Aproveché que tenía zapatos deportivos y caminé seis cuadras hasta la siguiente parada, solo para enterarme que tendría que caminar, al menos ocho más, para conseguir un trolebús.

Bajo la lluvia, tenía que esperar un taxi, las bastas del jean estaban mojadas hasta la rodilla y los zapatos deportivos blancos se habían tornado grises. Una joven, a mi lado, también intentaba conseguir un taxi lo cual ponía en riesgo que podamos movilizarnos porque sería ella o yo. Así que con una sonrisa amable y una mirada de inocencia (propia en mí) le pregunté hacia dónde se dirigía y si deseaba tomar un taxi conmigo, ella aceptó y conseguimos movilizarnos sin más contratiempos. Además, fue bueno interactuar un poco de camino a la oficina.

Ese día llegué a tiempo a la escuelita, aunque la persona que tenía la llave estaba atrancada en el tráfico y aún no llegaba. Sentados todos los compañeritos en las escaleras, tuvimos un tiempo ameno de socialización…

Después de todo, sonríe Ecuador! Todavía queda gente amable!

¿No será hambre?

 Hace unos días vi un meme que me recordó a un episodio que viví hace como cinco años y es una historia que todavía me sonroja cada vez que ...