martes, 6 de mayo de 2014

Directoras de operaciones, o sea, mamás...

Tengo que reconocer que tengo un idilio con las cobijas. Cada mañana peleo cuerpo a cuerpo con el despertador porque me cuesta desprenderme de mi cama y empezar a reptar hacia la ducha para terminar de despertarme. Por otro lado, soy fanática de la comida rica y no me hago de rogar cuando de algún manjar se trata.

Con estos antecedentes, comprenderán que no era fácil darme cuenta de lo que ahora parece evidente. Hicieron falta dos pruebas caseras y un pinchazo y dos horas - que parecieron eternas - para enterarme que estaba embarazada. Inicialmente entré en shock porque no estaba preparada, debo reconocer que tengo una vida muy cómoda donde en muchas ocasiones puedo disponer de mi tiempo sin que alguien dependa de mí.

Luego entendí que estas cosas no ocurren por casualidad y que aceptaba este "encarguito" no solo con una profunda responsabilidad sino con infinito amor (Sin que suene a Revolución ciudadana). El primer eco fue impresionante porque era algo menos que una lenteja lo que el doctor definió como "su bebé". El segundo y el tercero no fueron tan divertidos porque las noticias que traían fueron bastante desalentadoras.

Al parecer el pequeño o pequeña no está creciendo como debería por lo que nos prescribieron reposo, unas horrendas pastillas y paciencia. Creo que es la prescripción más dura que me han dado. Sobra decir que fueron días duros por los que pasamos porque ya nos habíamos enamorado de ese punto negro que se veía en la televisión del consultorio.

Aún así, la vida es buena. Lo que aprendí de todo esto es que ser mamá o "Directora de operaciones" es un trabajo tiempo completo. Si estos días han sido llevaderos es porque he tenido a mi mami (Sí, mi mamá me mima mucho!) dándome de comer cosas saludables, sentándose en mi cama para tomarme la temperatura o prestándome su hombro para desahogar mi pena pese a que ya soy una "longa viejota" como ella mismo me dice.

Entendí que hay decisiones que están más allá de nuestro control. Algunos dicen que es el destino, la vida o el universo pero yo prefiero llamarlo Dios. Y así como el tiempo de Dios es perfecto así que espero (ahora sí espero) que algún día yo pueda significar para alguien lo que mi mami significa en mi vida.

¿No será hambre?

 Hace unos días vi un meme que me recordó a un episodio que viví hace como cinco años y es una historia que todavía me sonroja cada vez que ...