martes, 13 de diciembre de 2011

Y empezamos otra etapa del camino...

Después de los viajes del Ani Mini World Tour y el estrés propio de una persona que tiene problemas de adicción al trabajo. Decidí que era  momento de tomar vacaciones. Logramos cuadrar las agendas con el novio y elegimos playa, sol, arena y camarones (es importante este detalle porque su alergia nos hizo pasar sustos en las vacaciones) para nuestro bien merecido descanso.

Llegamos el día viernes en la noche y con un hambre voraz, buscamos un cuchitril que expenda alimentos no mortales antes de ir a dormir. El día sábado paseamos por la orilla del mar, disfrutando el sol en la piel, la arena y las tímidas olas en nuestros pies. De pronto, un hombrecito nos ofreció un viaje en parapente, el costo era de 20 USD por cada uno. Así que nos animamos a volar y esa es ahora una de las metáforas que más empleo para describir lo que estoy viviendo.

Llegada la noche, fuimos a bailar en las cobachas de la playa y acompañamos nuestros pasos con unos caipiriñas. Comimos cualquier cosa y volvimos a casa a descansar. Es increíble que recuerdo exactamente el programa de televisión que estábamos mirando cuando hizo la pregunta que cambiaría el resto de nuestras vidas. "Quieres casarte conmigo?" No es normal en mí quedarme sin palabras, pero él lo logró y solamente pude asentir con la cabeza mientras la emoción se desbordaba.

Y así decidimos empezar una nueva etapa. He de confesar que es difícil ponerse de acuerdo en detalles como las flores, los colores, el presupuesto, los invitados, el vestido, el licor y bla bla bla pero coincidimos en las cosas de peso como los ideales y sueños compartidos. Es así como empezamos otra etapa del camino.. Con un poco de mariposas en el estómago y muchas pero muchas ganas de hacerlo bien.

No se puede evitar suspirar escribiendo el que quizá sea el post más cursi de mi historia pero debo confesar que si alguna vez me iba a animar a volar, solamente sería contigo.

lunes, 12 de diciembre de 2011

En la hermana república de Guayaquil...

Nuevamente armé mi equipaje y emprendí el viaje. Es divertido cómo ahora tengo la maleta debajo de la cama y ya lista con los artículos de primera necesidad, solo tengo que completarla con la ropa más adecuada para el clima al que me enfrento y listo. En ella ha estado ropa adecuada (pero nunca suficiente) para el gélido clima del Quilotoa y los calores extremos de la Costa y esa cálida humedad de la Amazonía.

No obstante, tengo que confesar que mis viajes a Guayaquil han sido de los mejores y el Puerto Principal se ha convertido en mi destino predilecto. Al principio tenía cierta desconfianza porque uno lleva en la mente los altos índices de inseguridad y todas las advertencias que le hacen desde la capital respecto a las precauciones que se deben tomar entre las cuales, el claustro es la mejor opción. Además, el tema cultural es muy fuerte pues siempre hemos vivido en medio de ese absurdo regionalismo que ha marcado a nuestro país. "Monos" y "Longos" siempre se han encontrado y los unos tienen fama de sabidos y los otros de mojigatos.. pero todos somos ecuatorianos.

Es divertido bromear con mi jefe respecto a la "Hermana república de Guayaquil" porque, para comenzar, tienen otra cédula; tienen otro sistema de control de transporte y; según yo, se inventan palabras. Es verdad! Levante la mano el que ha escuchado la palabra "Bulluco", "Chapudo", "Conchito". Les reto a buscar en el diccionario de la Real Academia de la Lengua para ver su significado. Aparte que cuando se emocionan en las conversaciones, aceleran las revoluciones por minuto y no logro entenderles del todo. Por otro lado, yo soy una buena serrana que no escatima en el uso de palabras como "taita", "guagua" y el bien ponderado "achachay" o "arrrrrrrrrrrarrrrrray".

Mis viajes a Guayaquil han sido por trabajo pero se han convertido en deliciosos paseos gastronómicos. Nada como ir en ayunas al aeropuerto para hacer la primera parada en un café tradicional de la ciudad y desayunar un bolón de queso y chicharrón, de aquellos que vienen en plato sopero y me dejan con una sonrisa enorme y un hoyo menos en el cinturón. Y no se diga más sobre la sazón que tienen los cangrejos criollos, las banderas de mariscos, el famoso moro y las bandejas que venden para los consumidores nocturnos.Las delicias están en cada esquina.

Yo soy de esas serranas que solamente les falta llevar un letrero de neón encima. Siempre ando con sweater en los edificios y vivo quejándome por la baja temperatura del aire acondicionado y les digo que mi sensación térmica es más baja que en Quito. Y como si fuera poco, salí a pasear por las calles con la camiseta del equipo de mis amores hasta las Peñas donde vi un partido en medio de una jaba de barcelonistas y emelecsistas que casi me linchan porque la Liga Deportiva Universitaria derrotó en penales al Libertad de Paraguay. Solamente salté al techo de la emoción y les restregué la victoria en la cara! (Después de todo, no creo que haya sido buena idea. Eran mayoría!)

Después de Baviera, Guayaquil podría ser considerada la capital mundial de la cerveza porque cuando el sol brilla en todo su esplendor y la temperatura aumenta a número que en Quito serían impensables. El agua y las gaseosas no alcanzan, solo apetece una cerveza bien fría para entrar en ambiente. Sin duda, es una bella ciudad, con gente linda y muy buenos anfritriones, comida deliciosa y paisajes divinos.Espero que poco a poco, esas diferencias regionales no sean motivo de adversidad sino de enriquecimiento mutuo. Y eso básicamente..

¿No será hambre?

 Hace unos días vi un meme que me recordó a un episodio que viví hace como cinco años y es una historia que todavía me sonroja cada vez que ...