viernes, 8 de marzo de 2013

Hoy amanecí preguntándome..


Hoy es un día muy espacial para mí porque recuerdo a una gran mujer que se fue hace ya diez años y que su tenacidad se convirtió en mi ejemplo. Por eso es que hoy entre las felicitaciones y los mensajes recibidos, se me ha llenado de interrogantes la cabeza. Los mismos que quiero compartir con ustedes:

Hoy amanecí preguntándome si los hombres alguna vez se han enfrentado a profesores o jefes que les minimizan, acosan, amenazan o chantajean.

Yo me pregunto si los hombres que compiten por un empleo, se han topado con respuestas como: “Este trabajo es solamente para mujeres”, “Los hombres son demasiado temperamentales para este puesto” o, peor aún, “Si viene siempre con esa faldita, el puesto es suyo”, aun sabiendo que los salarios no son los mismos.

Me pregunto si los hombres tienen que preocuparse cada mañana en escoger su ropa para cuidar que no les miren las piernas, el trasero o el escote.

Será que los hombres se han enfrentado en la calle a una mano abusiva que roza su cuerpo sin consentimiento o han recibido “piropos” que suenan más a insultos que a halagos.

Acaso los hombres que amanecen de mal humor, encaran a gente les dice que se encuentran en sus “días difíciles”.

Yo me pregunto si los hombres cuando salen a una fiesta deben considerar con absoluto detenimiento el grupo de amigos y asistentes, la cantidad de licor que ingieren, las bebidas que les brindan por temor a alguien se aproveche de la situación. Lo irónico es que cuando eso pasa, la culpa no es suya por abusar de la mujer sino que la cuya es de la mujer por no “darse su lugar” y recibe calificativos de zorra, perra, o puta.

Por qué será que los hombres que pasan cierta edad y permanecen solteros y sin hijos se vuelven “solteros codiciados” mientras que las mujeres en la misma situación se convierten en “solteronas” amargadas.

Será que los hombres que golpean o abusan de las mujeres piensan en sus madres, hermanas o hijas al hacerlo y no sienten un poquito de remordimiento al saber que fue una mujer la razón por la cual están en este mundo. O me pregunto si quizá simplemente no les importa.

Quisiera que alguien me explique en qué momento nos hicieron el sexo débil. Cuando yo nací ya estaba instaurado el Día de la Mujer y éramos las Reinas del Hogar a quienes hay que dar flores el 08 de marzo y regalar electrodomésticos en el Día de la Madre. Cada día me sigo preguntando por qué nos callamos ante las injusticias y por qué ser mujer llega a ser tan duro en el día a día. Pero bueno, dicen que a golpes se forja el acero entonces... Así también, las Damas de Hierro.

lunes, 25 de febrero de 2013

Aliméntate, Ecuador!


En el mundo andino, sin duda, la comida es mucho más que el conjunto de alimentos que se consumen para cumplir el consumo calórico necesario para las actividades vitales. La comida es concebida como una de las expresiones más evidentes del afecto que se comparte y permite a las personas sentirse integradas en un conglomerado social.

Por eso se explica que en cada esquina, parada de bus, parque parroquial exista un puesto de comida. Si vamos a celebrar un cumpleaños, se lo hace con comida; si vamos a farrear, primero pasemos comiendo; si tenemos una cita, la invitamos a cenar y así.. pongan ustedes el ejemplo y notarán que para nosotros no se concibe una tertulia en la que no haya alguna cualquier cosita de comer. 

Aparte del trago, la comida también se comparte en la familia y entre los amigos, sin dejar mucho espacio para quienes sienten asco con facilidad. Desde pequeños compartimos chupetes con otros niños; intercambiamos las “colaciones” y con ellas, un sinnúmero de gérmenes; tomamos cola en la misma botella, sin ninguna señal de repulsión. Y, cuando uno es adolescente, no hay muestra de amor más grande que intercambiar un chicle con la pareja… Que levante la mano quien no lo haya hecho!

Así mismo, las abuelitas tienen ese superpoder de cocinar todo tan delicioso y en cantidades que podrían matar a cualquier mortal pero hacen que los momentos más felices que se comparten en familia sean aquellos basados en esas reuniones de comida, la misma que ser un simple almuerzo dominguero, la cena de Navidad o la infaltable fanesca de Semana Santa.

El problema es que, al parecer, en mi escuelita hay demasiado cariño: un día nos queremos con bolones, otro día con choclitos desgranados, otro día con motes, otro día con cevichochos y así todos los días compartimos mucho cariño ya sea pedido a domicilio o hecho en casa. Y nada expresa más el aprecio que traer dulces y postres que se comparten con todos los compañeritos. 

Creo que por eso, cada vez que me paro en la báscula, me doy cuenta que me sigo llenando de cariño... sobre todo en la pancita.

viernes, 8 de febrero de 2013

Los problemas de una doble vida...


No puede ser que aún no tenga mi primer post del año y eso que el ambiente ya empieza a oler a fanesca. Tal parece que mis propósitos para el 2013 llegaron hasta cuando se acabó el “recalentado”, es decir, alrededor de la primera quincena.

Esto de tener una escuelita matutina y otra nocturna se ha confabulado para que mi relación con las sábanas de mi cama sea aún más estrecha por el poco tiempo que compartimos últimamente. Mi jornada empieza últimamente a las 5 de la mañana – incluso antes de que suene el Himno Nacional en la radio – cuando con los ojos cerrados me pongo algo deportivo, me deslizo a la caminadora para correr a ojo cerrado al ritmo de “Eye of the tiger” o del noticiario.

Luego, me arrastro lentamente a la ducha donde los chorros de agua fría me despiertan de ese profundo letargo, escojo lo primero que encuentre en el armario y me lo pongo encima. Arreglo la cama – eso implica que estiro las cobijas para esconder el desorden en poco menos de dos minutos –. Preparo el desayuno compuesto por yogurt y huevo en cualquiera de sus presentaciones. Por último, me ubico en la misma silla de siempre para ponerme a estudiar y hacer deberes; cuando me doy cuenta, tengo menos de 10 minutos para llegar a la oficina y solamente dos patitas que harán el trabajo así que agarro la mochila y salgo corriendo por el mismo camino de siempre, mirando de reojo a los mismos desconocidos cotidianos que tienen su rutina, al igual que la mía en el trayecto a mi escuelita.

Varias veces he llegado despeinada, desprolija y sin aliento. El día en la oficina empieza temprano y hay épocas en las que no alcanza el tiempo para levantarse ni al baño pero otras veces, es más ligero y puedo robarme unos minutos para completar asuntos de la escuelita nocturna. Ahora, los libros que compré con ilusión en la Feria del Libro del año pasado, tendrán que esperar porque en el bolso me acompaña la economía, la planificación y teorías de desarrollo.

Pero sin duda, es importante buscar, incluso robándole minutos al día, el tiempo necesario para ser esposa, hija, nuera, hermana, amiga e incluso, bloguera y twittera empedernida.

lunes, 10 de diciembre de 2012

De buenas y malas noches..


Luego del post cargado de indignación y nostalgia, pasemos a noticias más divertidas en la vida de la Ani. Resulta que esto de retornar al pupitre resultó más divertido de lo que esperaba y le ha dado a mi vida un montón de malas noches de estudio pero también muchos momentos super gratos.

Resulta que caí en una escuelita hecha a mi medida y no por lo chiquita sino por lo farrera. El rector de la Universidad es un historiador de gran renombre, es brillante y tiene mucho carisma. Hasta el momento, ha invitado a los estudiantes a dos cenas: la primera era solamente para los “presis” de las distintas carreras y la segunda era una cena de bienvenida para los estudiantes de primer año del área.

Se imaginarán la emoción que sentí cuando recibí mi primera invitación. Pasé toda la noche anterior escogiendo la ropa y planchándola, como si me gustara hacerlo. Al día siguiente pedí permiso en la oficina para irme a la peluquería y, por primera vez después de mi matrimonio, me volví a poner mascara en las pestañas. Eso quiere decir que estaba muy, muy, muy entusiasmada. La cena estuvo bastante tranquila, sobria y me sentí fuera de lugar entre todos los aspirantes a políticos y otros zalameros de carrera.

Pero la cena que realmente disfruté fue la que compartí con mis compañeros porque ya fue con ropa menos almidonada, más relajada hicimos un grupo divertido que, al calor de un par de amaretos, pasamos una velada increíble. Se siente bien codearse con la alta alcurnia académica y sin necesidad de adular a nadie terminé abrazada del Rector de la universidad quien ya me apoda “Relajosa” aunque hasta ahora no me explico el por qué.

Es bueno que toda la exigencia en deberes, trabajos y lecturas se pueda ver compensada en esos momentos de esparcimiento y más aún con mi nueva mejor amigui, Doña Esperancita, que nos recibe cada tarde con un buen canelazo para iniciar la jornada vespertina.

domingo, 9 de diciembre de 2012

Pero.. qué es un sociólogo?

El título de este post me recuerda la primera pregunta que me hizo el ex big boss cuando fui a la entrevista de trabajo "Pero... Qué es un sociólogo?. Al principio pensé que me estaba tomando el pelo y que solamente quería probarme respecto a mis conocimientos pero luego me dí cuenta que en verdad no tenía idea. Entonces aproveché el momento para explicarle - con los términos más complicados y rebuscados que encontré en mi cabeza - qué es lo que hacemos los sociólogos y al parecer quedó convencido porque me dio el empleo.

Haciendo un resumen de la definición que hace Emilie Durkeim sobre la sociología: Es la ciencia que estudia los hechos sociales, es decir, la relación que existe entre los individuos y las estructuras sociales. Para mí, el objeto de estudio es más claro que el de las matemáticas y de otras ciencias más duras. Pero creo que esta falta de conocimiento sobre mi profesión se está convirtiendo en un gran e inesperado peso en mi espalda.

Cuando estaba en mi escuelita anterior tuve un serio debate con el departamento de Recursos (in)Humanos pues habían decidido, unilateralmente, bajarme el sueldo. ¿El motivo? Resulta que en el llamado manual de funciones de la institución no habían considerado el perfil de Sociólogo y que lo más parecido - para ellos - era Trabajadora Social. Luego de una larga y desgastante lucha, decidí buscar otro empleo porque, al parecer, es más fácil que una roca me conteste antes que convencer a alguien del área de "Talento Humano".

El problema es que el día viernes me dieron nuevamente un gancho al estómago que me quitó la respiración. Resulta que en mi escuelita actual, Recursos Humanos ha decidido que para el área en la que yo trabajo se requieren únicamente economistas, ingenieros comerciales y psicólogos sociales. Esto implica que la Ani debe empezar a repartir nuevamente su hoja de vida como volantes de picantería porque, al parecer, mi perfil no me permite hacer lo que he venido haciendo por varios meses.

En fin, hoy escribo con la misma nostalgia y la misma indignación que cuando escribí el post "Y decidí seguir sociología" pero creo que con el paso del tiempo ya se me han acortado las alas y, esta vez, la caída al suelo ya fue desde más abajo.

domingo, 11 de noviembre de 2012

El balance del cuarto de siglo

Hace como un año estaba enviando invitaciones con mi caricatura favorita a todas mis amigas y amigos para que me acompañen en la celebración de mi cumpleaños. Recuerdo que la titulé "El 25 de los 25" y vaya que fue una super farra porque aunque en teoría mi esposo, entonces mi novio, no iba a estar en Quito, llegó justo a la fiesta para sorprenderme y pasamos una noche increíble.

Digamos que este año todo comenzó bastante bien, ese día les dimos la noticia de nuestra boda a todos y se materializó casi un mes más tarde cuando nos perforaron las cédulas en el Registro Civil. Ese cambio de estado civil, no reflejó cambios radicales pues aún no vivíamos juntos pero sí trajo consigo una serie de nuevas discusiones como "Dónde pasaremos Navidad?" o "De qué color serán las cortinas?", entre otras.

Luego, en el trabajo, el MIDUVI me rompió el corazón con una serie de eventos desafortunados  que terminaron con mi renuncia. Pero como todos los cambios traen consigo algo bueno, empecé a repartir mi carpeta como volante de picantería y empecé a trabajar en mi escuelita actual. Quizá no empezamos tan bien como hubiera creído pero ahora me siento bastante cómoda con el trabajo que realizo.

En ese contexto, iniciamos un par de meses en los cuales estaba increíblemente ocupada entre la elaboración del Plan Anual de Inversión y la planificación de la boda. Y digamos que todo terminó bastante bien cuando entregamos el documento final y todos los esfuerzos valieron la pena cuando caminamos juntos en el altar con la bendición de un Dios que compartimos.

A las pocas semanas, hicimos el huasipichay en nuestra nueva casita. Al principio, las pocas cosas que teníamos quedaban flotando en el departamento pero poco a poco lo hemos convertido en un hogar. Y los cambios también han aplicado para mí porque yo me he convertido en un ama de casa, claro que solo me desespero cuando intento hacer arroz porque tengo que aceptar que moriría por inanición si no existiera la comida congelada y el atún enlatado.

Eso nos lleva al último tramo del año número 25 de este pechito latino. El volver a las aulas (una escuelita de verdad) para seguir estudiando y aunque extraño mucho mi vida social, pues ahora paso los viernes en la noche y los fines de semana entre libros y deberes, estoy motivada. Además, soy la representante del curso y esta semana tendré la cena con el Dr. Enrique Ayala Mora para codearme con la alta alcurnia académica.

Este ha sido un breve recuento de mi último año, hay cosas que no están aquí porque prefiero guardármelas pero hay otras que se me han perdido en mi cabeza de pollo. Solo espero que los 26 que se acercan peligrosamente, sean igual de buenos y satisfactorios pero desde ya les advierto, no anden pidiendo guagua porque la cigüeña tiene que esperar un poquito más.

lunes, 8 de octubre de 2012

Ese primordial metro cuadrado..


Para mí la expresión “No hay lugar como el hogar” tiene más de un significado y uno de ellos, quizá el más – como decirlo sin que suene exagerado – indispensable de ellos tiene que ver con un lugar particular del hogar: El baño! Este es un tema que a todos les pasa pero casi nadie lo toca, sin embargo, las bromas escatológicas nunca pasan de moda.

Tengo que reconocer que si hay algo que envidiar a los hombres es su habilidad para orinar de pie y convertir cualquier árbol en retrete. Alguien me dijo alguna vez: “Eso solo puede significar que se han adelantado varios años en la evolución”, probablemente tengan razón porque en mi caso han pasado décadas y yo no consigo aprender la técnica del “arbusto” sin tener daños colaterales. Por este motivo, no puedo ni libar tranquilamente en una vereda sin tener que salir corriendo a la primera señal de emergencia y hacer largas filas en los baños públicos para mujeres (Los motivos requerirán todo un blog para ser explicados).

Y eso es solamente en el caso número 1, en el caso número 2 la cosa es absolutamente más compleja pues requiere un mayor cuidado y atención ya que no es que todas las casas y oficinas carezcan de baño, la cuestión es que, como en toda situación, uno no puede poner las sentaderas donde quiera y debe asegurarse de no afectar el entorno y de tener todos los implementos a la mano porque puede que se encuentre en una escena de publicidad para papel higiénico que nadie, es decir, NADIE quiere vivir.

Por otro lado, debemos reconocer que este metro cuadrado es uno de los pocos espacios de privacidad que podemos encontrar y es el epicentro del nacimiento de muchas grandes ideas. (¿Será acaso que despejamos la mente en el proceso?). Y no solo eso, además, hay quienes no desaprovechan esos momentos de comodidad y desahogo para escribir poemas de amor en las paredes o responder mensajes, mails, tweets y hubo un tiempo en el que hasta se jugaba Draw Some en el celular…Pero eso sí, antes de hacer una llamada, por favor, no olviden lavarse bien las manos.

De la entrevista, al ghosteo!

Hoy estoy triste. No hay una forma graciosa de decirlo ni algún eufemismo que me ayude a suavizar este sentimiento. El 30 de junio entré ofi...