Adrián Augusto Barrera Guarderas, Alcalde del
Distrito Metropolitano de Quito desde el año 2009, miembro de Alianza País y
con el carisma de una papa frita (Según mi criterio personal). Es (también
según mi criterio) el Alcalde que más vituperios ha recibido por parte de los
capitalinos y de los chagras como yo.
Cuando me preguntan por qué se ha convertido en el
objeto de mi desprecio es difícil enumerar todos los motivos pero a
continuación trataré de hacer un breve listado sin un orden jerárquico,
solamente en el orden que vienen las ideas a mi cabeza.
1. Pulmones de plástico: Luego de la tala
indiscriminada de árboles en la capital (Hasta el momento, 226 árboles han sido
removidos y 180 talados), el “Alcalde boulevard” ha instalado unos hermosos
árboles de plástico en la misma vereda en la cual estuvieron esos pájaros que
después migraron a tierras cálidas, seguidos de unas caretas de un carnaval
adelantado y posteriormente fotografías de excelente calidad expuestas a la
intemperie a un costo que se desconoce.
2. Los “buleBares": La palabra es del francés,
“boulevard” y según la RAE es un tipo de avenida ancha y arbolada. (Sobre los
árboles ya hablamos en el punto anterior). Es verdad que una medida contra la
inseguridad es la apropiación del espacio público por parte de la ciudadanía.
Sin embargo, que levante la mano el que puede caminar por el parque de la
Carolina o peor aún, por el bulevar de Cotocollao cuando está oscureciendo sin
sufrir de delirio de persecución (En el mejor de los casos, sino ya te
asaltaron).
Estos espacios per se no son una mala idea, pero
creo que no se encuentran en el top 5 de las prioridades de una ciudad atestada
por el tráfico, la inseguridad, la contaminación, el deterioro de las calles y
veredas y un deficiente sistema de transporte.
3. El pico y placa y la zona azul: Son dos temas que
parecen diferentes pero convergen en una misma situación que es bastante
decepcionante para esta ciudadana. Yo estoy de acuerdo en que se debe hacer
algo por mejorar el deplorable estado del tránsito en la ciudad (Aunque
personalmente no creo que el Pico y Placa sea un éxito como repite el señor
alcalde y aunque no haya rendición de cuentas sobre lo que se hace con ese
dinero). Lo curioso de esto es que hay todo un contingente de policías
municipales que son buenísimos para multar y tienen verdaderos ojos de águila
para ver las placas y los tickets de parqueo pero desaparecen de las calles
cuando terminan sus horarios.
Lo más triste de todo es que también se han
convertido en policías excelentes para una coima, sino lean el artículo “El pico y placa en mi ciudad”. Y cuando se trata de
defender a una ciudadana frente a un asalto, no se inmutan pues ellos “no
tienen jurisdicción sobre estos temas”. Y ni siquiera pueden ayudar a los
peatones a cruzar las calles cuando hay mucho tráfico!
4. La temporada invernal: Quito, afortunadamente no
sufre del fenómeno del Niño pero sí que sufre con su alcalde. Se acuerdan de la
época invernal cuando se inundaron varios sectores de la ciudad? Se acuerdan
que tuvieron que rescatar a la gente en balsas?. Saben cuál fue la maravillosa
solución planteada por el Municipio? Pues ha pintado una raya roja en cada uno
de los pasos a desnivel de la ciudad indicando que “Si el agua llega a ese
nivel, no debe pasar”. O sea que si usted pasa por el puente bajo esa
advertencia, es problema suyo, no de la alcaldía.
Tengo tanto miedo cómo será cuando inicie la
construcción del metro. Si así nomás Quito se ha convertido en un huequito de
ciudad… con esta ejecución, ciertos sectores vamos a quedar al nivel del mar.
5. El registro de la propiedad: Desde que el Registro
de la Propiedad pasó a ser administrado por los Gobiernos Autónomos
Descentralizados, empezó el sufrimiento de constructores, vendedores,
compradores y demás ciudadanos de a pie. No digo que con Lucio estábamos mejor
como ciertos tweets que se leen por ahí, pero digo que antes podíamos sacar un
certificado en tres días y una minuta en una semana. Ahora usted sabe cuándo
ingresa su trámite pero no tiene la certeza de cuándo saldrá y para mitigar un
poco los irrisorios plazos que ponen se indica el número de días laborables en
los que saldrá su trámite (Quince días laborables = Tres semanas!).
Lastimosamente, mi caso fue asignado a un analista que trabaja un día a la
semana porque llevamos meses enteros en el trámite para hacer el huasipichay y
seguimos esperando.
Y ante todo esto el Doctor no tiene problema en
subirse a las tarimas de la Shyris y salir bailando y cantando en televisión
nacional.