Creo que varias veces les he contado que ya no reconozco a la mujer que se refleja en el espejo. Esa persona despeinada, mirada cansada, cutis maltratado y que llora más seguido de lo que quisiera reconocer.
Facebook me recuerda, como quien pone sal en la herida, los logros que conseguía profesionalmente hace 5 años cuando viajé a España para posicionar el proyecto de foto, las entrevistas y los cinco minutos de fama mientras terminaba de hacer mi maestría. A los casi 30 me sentía bonita y próspera, como en la película.
Hoy, tengo que hacer cálculos con el celular porque la neurona no me permite procesar demasiada información. Si voy al super, es muy probable que me olvide de llevar la lista que escribí durante tres días. Empiezo a leer un libro y es posible que me demore dos meses en terminarlo porque llega la noche y no puedo retener ni las dos primeras oraciones que leo.
Mi cuerpo también ha pagado el precio de dos embarazos y algunos kilos extra (sumados a los de la cuarentena). Hay días en los que me choco contra el reloj y digo "ni modo, mañana me baño", "hoy no troté, ni modo, me comeré estas yuquitas fritas", "estoy al borde del colapso, mejor horneo galletitas y pan de yuca".
No me arrepiento de ser mamá, no me arrepiento del amor que recibo cada día con abrazos y besos babosos. Ustedes no se imaginan lo hermoso que se siente que una mano chiquita apriete la tuya para dormir, para cruzar la calle, para ahuyentar los monstruos y para consolarme. La Emy no puede ver a alguien llorar sin cantarle "No puedo verte triste, porque me mata, tu carita de pena, mi dulce amor..."
Sé que van a crecer y que harán su vida sin mí, que serán independientes y que tomarán sus propias decisiones. Solamente espero que para entonces, todavía funcione mi cerebro y todavía me reste un poco de energía como para retomar MI vida. Lo único que sé es que si todavía conservo algo de cordura es porque tengo a mi lado a un compañero maravilloso que me tiene más fe de la que yo podría.
Espero que solo sea el cansancio el que está hablando pero siento que no soy la única que se siente así, que ama a sus hijos pero no dudaría en mandarles a China por una semanita!